...- ¿Y las voces?- preguntó el señor Tirololailo, al percatarse del silencio.
-¿Qué voces?- dijo la niña.
-¿Mis voces!, ¿dónde están mis voces?
Vivían aquí conmigo...yo trataba de enseñarles...
- No sé de qué me habla, murmuró ella.
- Las voces son...¿Cómo podría explicarte?...
¿Tu padre te cuenta cuentos alguna vez?
- Sí, muchas veces. Cuando me acuesto,
me cuenta historias muy bonitas.
- No puede ser, ya no hay gente que haga eso.
- Pues mi padre lo hace...
- ¿Tu padre canta? ¿Lo has oído alguna vez?
- Sí..., hermosas canciones que hablan del mar y de las estrellas.
- ¡No es posible...!- gritó.
- No se preocupe por las voces, ya volverán si quieren.
Cójame un poco de agua , por favor.
- Haremos un castillo de arena para sus voces, por si algún día vuelven.
- En serio, ¿crees que ellas regresarán? (Rafael Fernández Lorenzo)