Cuando llegaron a la isla,un grupo de voces alegres
salió a recibirlos :
- ¡Bienvenido, señor Tirolailo!
- ¿ Cómo le ha ido por LA ciudad ?...
Mientras el señor Tirolailo relataba los detalles de su visita a la ciudad,
todas las voces enmudecieron.
- Las voces de la ciudad son tristes, distantes y engreídas;
son incapaces de contar un cuento y, mucho menos, de cantar una canción.
Por eso, están condenadas a desaparecer, aunque ellas no lo sepan.
- ¡Señor Tirolailo, cuéntenos un cuento!-lo interrumpió una voz grave.
- Mejor cantemos aquella canción tan bonita- dijo una voz aguda.
Luego habló una voz clara y la siguió otra voz ronca,
después una voz pequeña,también dos gemelas y tres cantarinas,
cuatro de color azul, cinco de ellas regañando, todas,
todas aquellas voces alborotando.
- ¡ ESTÁ BIEN! VOY A CONTAROS UN CUENTO.
(Rafael Fernández Lorenzo)
* Ya tenéis dos claves para conocer el título del libro.