Huía
por las desiertas calles de la ciudad
con un pequeño maletín bajo el brazo.
Vestía un elegante traje de color oscuro,
camisa blanca y corbata de lazo.
Llegó
a una playa solitaria
y se paró para recuperar el aliento
Después se dirigió hacia una barca
varada en las arenas húmedas de la marea
Posó
el misterioso maletín
dentro de la embarcación
y respiró profundamente
(Rafael Fernández Lorenzo)
(continuará...)